Richard Serra, el escultor californiano cuyas masivas esculturas de acero oxidado encontraron un hogar permanente entre los muros del Guggenheim de Bilbao, falleció este martes a los 85 años de edad. Una pulmonía se lo llevó para siempre en su casa de Long Island, según confirmó su abogado John Silverman al diario ‘The New York Times’.
El artista nació en San Francisco en 1939. Se crió viendo a su padre, de origen mallorquín, trabajar en los astilleros de San Francisco, mientras su madre, de nacionalidad rusa, le alentaba a pintar con una libreta que siempre llevaba bajo el brazo para sus bocetos.